28 julio 2006

Asamblea de Zona: Galeria de Imagenes














19 julio 2006

IDENTIDAD DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA

Dios mismo desde la creación del hombre, en su designio salvífico, originó el matrimonio, en lo cual los esposos se dan y se reciben mutuamente en una alianza.

Dios, a través de los bienes y fines del matrimonio quiere la perfección y realización personal y el destino eterno de los miembros de la familia.


El matrimonio y el amor conyugal están ordenados, además, a la procreación y educación de la prole, en lo cual los esposos encuentran su propia corona.
(Cf. Gaudium et Spes, n. 48).

La dignidad, la estabilidad, la paz y la prosperidad de la misma familia y de toda la sociedad humana son también bienes queridos por Dios

IDENTIDAD DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA
¿Qué es el matrimonio?
¿Cómo podemos definirlo?
¿Qué podemos decir a propósito del ser de la familia?

El matrimonio se inserta en la naturaleza misma del amor humano, y los esposos se empeñan en compartir la totalidad de su proyecto de vida
Por principio:

El matrimonio es la comunidad de vida y de amor entre un hombre y una mujer, fundamentada en el amor responsable de su alianza permanente y en la complementariedad de las dos personalidades, para lograr juntos su realización mediante la mutua donación. (Cf. Gaudium et Spes. n. 48).

SEGÚN EL CÓDIGO DEL DERECHO CANÓNICO

A la luz del código de Derecho Canónico podemos decir que el matrimonio es la alianza matrimonial por la cual el varón y la mujer constituyen entre sí un consorcio de toda la vida, ordenado por su misma índole natural al bien de los cónyuges y a la generación y educación de la prole, que fue elevada por Cristo Señor a la dignidad de sacramento entre bautizados. (CIC,n1601)
“Todos los miembros que conforman una familia son personas iguales en dignidad que asumen responsabilidades, derechos y deberes”.
La familia cristiana es una comunión de personas, reflejo e imagen de la comunión del Padre y del Hijo en el Espíritu Santo, reflejo del amor trinitario. Su actividad procreadora y educativa es reflejo de la obra creadora de Dios, es llamado a participar en la oración y el sacrificio de Cristo.
La familia colabora en la realización personal, en el desarrollo social y en la vivencia cristiana de sus miembros

La familia es una comunidad de personas, la célula social más pequeña, y como tal es una institución fundamental de la sociedad humana.

BASES ANTOPOLOGICAS DEL
MATRIMONIO Y LA FAMILIA

En la actualidad son cuestionados el matrimonio y la familia desde su misma institución natural por algunas razones:

La emancipación de condicionamientos económicos y biológicos, haciendo que la relación quede en el terreno de lo estrictamente privado, con falta de compromiso.
El amor `sin riesgos´ gracias a los anticonceptivos, que hace de la relación algo poco serio e irrelevante.

La unión a prueba, equiparada vivencialmente al matrimonio, con la consiguiente “cosificación” de las personas.
Las ideas del éxito, logro, prestigio y consumo, características de nuestra civilización, van entrando con facilidad en el matrimonio y la familia. Así, la sexualidad se convierte en mero sexo, mercancía, artículo de consumo, explotación o hedonismo.

El matrimonio y la familia tienen elementos antropológicos que permiten considerarlos como una institución natural, con una “naturaleza permanente”.
El matrimonio como amor fecundo. Pertenece a la naturaleza misma del amor el que no puede quedarse encerrado en si mismo, sino que intente ser fecundo. Esto no se realiza de una forma exclusivamente biológica.
El matrimonio vivido con fidelidad en el amor. Si no hay nada definitivo, si todo puede ser sometido a revisión en cualquier momento, todo pierde seriedad y se vuelve indiferente.
En el compromiso de fidelidad en el hombre y la mujer se hacen uno solo cuerpo (cf. Gn. 2,24; Mc. 10,8; Ef. 5,31). Se convierten de un “yo” y un “tu” en un “nosotros” .


El amor conyugal es siempre amor de hombre y mujer, que debe ser cultivado y expresado en la admiración, ternura, asombro y afecto mutuos. Sin embargo, es principalmente una decisión de elegir amar a alguien permanentemente, en un acto libre. El amor humano exige, por eso, donación generosa y aceptación plena del otro con gratitud.


TEOLOGIA DEL MATRIMONIO Y LA FAMILIA


El matrimonio es un sacramento que Cristo instituyo. Es un signo visible y eficaz que confiere la gracia de Cristo. Es un encuentro permanente con Cristo donde Él transforma a la pareja humana y ésta, a su vez, responde a su llamado.

El sacramento del matrimonio es una verdad de fe enseñada por Cristo y por la Iglesia, que se inserta en la realidad humana. Es la vocación que ofrece a los esposos un ámbito adecuado para vivir su relación amorosa en el mutuo encuentro.

LA MONOGAMIA

La monogamia se entiende como unión exclusiva de un solo hombre con una sola mujer.
Para entender el matrimonio como Cristo lo enseño, es preciso tener en cuenta el carácter esencial de la monogamia, la cual se basa en el hecho de que son dos personas y echas una sola carne (cf. Mt. 19, 4ss; Gn. 2,24).
El hombre y la mujer encuentran entonces su otro yo y, por tanto, se encuentran a si mismos, pero esto es posible solamente en la unión con un solo hombre o con una sola mujer.

LA INDISOLUBILIDAD

La indisolubilidad del matrimonio (por ser éste figura de la unión indisoluble de Cristo y la Iglesia), es doctrina de Jesús y de la Iglesia. Esta doctrina es la aplicación de la monogamia al tiempo que viven los cónyuges juntos.
La doctrina de Cristo es original y definitiva: “Lo que Dios ha unido, no lo separe el hombre” (Mt. 19,6).

EL CONTRATO MATRIMONIAL

La Iglesia católica ha mantenido siempre que el matrimonio entre cristianos es sacramento y que solo puede realizarse mediante un contrato matrimonial válido.
Se le llama “contrato matrimonial” al consentimiento mutuo que, en este mismo contrato, encuentra una configuración especialmente precisa, aun cuando el consentimiento es algo más que un simple contrato.

Según lo anterior, el derecho eclesiástico ve el objeto de este contrato matrimonial denominándolo “ius in corpus”:
La materia del contrato matrimonial y, por tanto, del signo sacramental matrimonial, es la entrega mutua completa al otro.
La forma se considera la aceptación mutua de esta entrega.

El contrato matrimonial, como resultado de la declaración de consentimiento mutuo en la ceremonia nupcial, es:
Contrato bilateral, no sólo porque impone los mismos derechos y obligaciones, sino porque “obliga” a cada uno a amar al otro.
Contrato indivisible, porque no puede ser válido e inválido para otro.
Contrato formal, la boda religiosa constituye la dimensión formal del matrimonio cristiano. En efecto, un contrato que no satisface la forma, es un contrato matrimonial de derecho natural, pero no es sacramento.Por lo tanto, para la validez del contrato matrimonial debe existir, por prescripción de la Iglesia:

Capacidad bilateral biológica, espiritual y jurídica-eclesiástica (carencia de impedimentos).

Voluntad matrimonial bilateral y conocimiento de lo que implica el matrimonio; de lo contrario, no se realizaría el contrato y consiguientemente, el sacramento.
Forma de celebración establecida por la Iglesia, en forma ordinariamente pública.

Los mismos cónyuges son los ministros y sujetos de su matrimonio por la donación de si mismos en amor y la aceptación de la donación del otro. Cada uno se entrega, porque sabe que el otro lo acepta.
El sentido superior del matrimonio es la familia, en la que se basa la procreación y la formación del género humano. Aquí tiene su plenitud el matrimonio. De ahí que los hijos constituyen otra importante finalidad natural del matrimonio.

En el orden ontológico, el primer bien es la comunidad de amor de los esposos; el amor mutuo, la realización del propio ser en la comunión para la que ha sido creada la naturaleza corporal del ser humano como varón y como mujer.


LA VOCACIÓN AL MATRIMONIO Y
LA FAMILIA COMO VOCACIÓN AL AMOR.

Hay que partir del hecho de que el matrimonio es un camino de santidad, por el cual los llamados a él deben llegar a la perfección cristiana que les corresponde. Esto significa que los esposos están llamados a construir y vivir su matrimonio de tal manera que para ellos únicamente haya perfección en el matrimonio, y no al margen del mismo.

La espiritualidad conyugal/familiar consiste en adquirir la actitud de vivir las relaciones conyugales y familiares de un modo nuevo, según el Evangelio.
Su punto de partida es la experiencia de Dios-Amor en la vida del hogar. Una experiencia que no es sólo personal, sino principalmente comunitaria, compartida, ya que el hogar es esta íntima comunidad de vida y amor.

La vocación al amor no se agota en el matrimonio y la familia, sino que se extiende a los demás, especialmente a través de la acción evangélizadora de la Iglesia.

Reflexión del Señor Obispo Auxiliar Mons. Francisco Ramirez en el último día de la asamblea

Miércoles 19 de julio del 2006

El hombre es imagen y semejanza de Dios y la unión del hombre y la mujer como Dios creador de la esencia que se centra en el amor.

El matrimonio como proyecto divino, como Cristo se une a su Iglesia, Cristo que realiza la corporeidad con su Iglesia. La Iglesia es el cuerpo místico de Cristo, la Iglesia se crea con nosotros, fundamentándose en la familia.

La unión del hombre y la mujer es indisoluble, san Pablo lo menciona “La Iglesia y Cristo, Cristo y su Iglesia” porque la personalidad de Cristo está en la Iglesia como la esposa que no se puede apartar de su marido.

Así debe de ser el matrimonio, viviendo en el amor y la concordia de sus integrantes, a esto se le llama familia.

17 julio 2006

Asamblea de Pastoral de la zona

Decanato I

"El Plan de Dios en el matrimonio y la familia"

Dios mismo desde la creación del hombre dio origen al matrimonio en el cual los esposos realizan una alianza, con los bienes y fines propios. Con la finalidad de la continuación del genero humano, la perfección y la realización personal y la santificación de los miembros de la familia.

La familia es el lugar de la realización personal, el desarrollo social y la vivencia cristiana. La familia es así una comunidad de personas, la celula más pequeña y como tal es una institución fundamental de la sociedad humana.

"El creador del mundo estableció la sociedad conyugal como origen y fundamento de la sociedad humana, la familia es por ello la celula primera y vital de la sociedad". En efecto, de la familia nacen los ciudadanos, y estos encuentran en ella la primera escuela de esas virtudes sociales, que son el alma de la vida y del desarrollo de la sociedad misma, La vida familiar como experiencia de comunicación y participación, (FC 42)

"El matrimonio Cristiano"

Jesucristo ha elevado la dignidad del sacramento del matrimonio entre bautizados. Esto quiere decir que el mismo se compromete con su gracia a colaborar en el matrimonio para el bien de los esposos.

"LOS BIENES Y EXIGENCIAS DEL AMOR CONYUGAL"

El principio interior, la fuerza permanenete y la meta última de tal cometido es el amor; así como sin el amor la familia no es una comunidad de personas, así también sin el amor la familia no puede vivir, crecer y fortalecerse como comunidad de personas (FC 18)


-Unidad indisolubre
- Fidelidad
- Apertura a la fecundidad

"COMETIDOS GENERALES DE LA FAMILIA"

1. Formación de una comunidad de personas.
2. Servicio a la vida.
3. Participación en el desarrollo de la sociedad.
4. Participación en la vida y misión de la Iglesia.

"LUCES Y SOMBRAS DENTRO DE LA FAMILIA"

-LUCES

1. Se tiene como gran valor la unidad familiar.
2. Son fuertes los valores religiosos.
3. Se favorece la convivencia familiar.
4. Existe preocupación por la educación de los hijos.
5. Amor y veneración al Papa, obispos, sacerdotes, religiosos y seminaristas.
6. Gran preocupación por cumplir con la administración de los sacramentos de iniciación cristiana.
7. Participación dominical de la misa.

-SOMBRAS

1. Abandono del Padre del hogar y a la familia.
2. Desintegración familiar.
3. Aumento creciente de madres solteras, sobre todo en menores de edad.
4. Adicciones multiples: Alcoholismo, drogadicción, tabaquismo


decanto 2


¿QUÉ ES LA PASTORAL FAMILIAR?

Es la acción que desarrolla la Iglesia para apoyar, fortalecer, acompañar y promover a las familias en el cumplimiento de su misión como parte de la sociedad y de la Iglesia, a partir de la propia experiencia de comunión familiar. Es la acción de la Iglesia que realiza a favor de la familia, para ayudarles a alcanzar su plenitud en su vida humana y cristiana.

Es una acción comunitaria del ejercicio de nuestra responsabilidad de anunciar el Evangelio al hombre y a todos los hombres en la diversidad de las situaciones y culturas.

Es la acción de salvación de la Iglesia en la que todos, de alguna manera, tenemos parte.

Es la evangelización sistemática y orgánica de la familia, realizada en una acción conjunta con otras pastorales, en la comunión de la Iglesia y en actitud de solidaridad.

Es un acto de fe en la presencia de Dios, encarnada en la historia, que ha de ser interpretada y discernida para descubrir su voluntad y su presencia en los signos de los tiempos.

Es un acto de esperanza en que el poder de Dios puede transformar con el Evangelio la vida del ser humano y la misma realidad.

Es un acto de amor a Dios que nos llama a colaborar con él y el prójimo, pues nuestro amor no puede excluir a nadie.


Es una práctica de nuestros dones y carismas que el Espíritu Santo nos ha regalado a cada uno para el bien común.

Es un testimonio del amor de Dios al hombre que tiene una preferencia por los más pobres y necesitados.

Es un servicio al hombre para su encuentro consigo mismo, con el hermano, con la naturaleza y con Dios y así logre realizar su vocación a la santidad, a la cual todos estamos llamados.

NUESTRA REALIDAD FAMILIAR

La familia recibe los impactos de nuestro entorno:
De las colonias donde vivimos
De los centros educativos
De los centros de diversiones
Loncherías y cantinas
Lugares de baile
Centros deportivos
Parques…
De las sectas
De los servicios en la colonia
Policia
Mercados
Centros de salud y Dif

14 julio 2006

Retiro de Pastoral Vocacional en el decanato II



¿Quién soy? ¿cuál es el sentido de mi vida? ¿qué quiero?... ¿Dios tiene un proyecto para mi? ¿Dios tiene una palabra definitiva para mi vida?

Te invitamos a un retiro juvenil para que descubras tu vocación... para que descubras las respuestas que Dios ha puesto en tu corazón para las preguntas fundamentales de la vida.

El retiro se llevará a cabo el próximo día sábado 29 de julio de 11:00 AM a 3:00 PM en la Parroquia de San Juan Diego el la Av. 16, colonia la mancha III, informes al 5302 3017 o por email a padrecarlos@hotmail.com